Una de las mejores experiencias que una persona puede tener a lo largo de su vida es la de vivir, estudiar o trabajar en un país diferente al suyo. Este tipo de experiencia permite ampliar los horizontes y permite integrarse a otra cultura y ampliar la red de contactos.

Por otra parte, la forma más efectiva de aprender un idioma no es únicamente estudiarlo si no que también es tener la oportunidad de vivirlo practicándolo en la vida cotidiana y así día a día mejorar la fluidez y el acento.

Estudiar en el exterior permite tener la oportunidad de conocer lugares icónicos y sitios históricos, aprender de una cultura nueva y crecer personalmente adquiriendo nuevas habilidades personales y profesionales.